Sentado arriba de este viejo desván,
escuchando en este apolillado y café megáfono para muchos obsoletas canciones
de jazz, a un bajo volumen que por sus años no da mas, de fondo la melodía “Check
to Check”, encuentro viejos papeles amarillentos que algún día escribí para ti
pero que nunca te di y solo se quedaron olvidados en este sitio. Tan olvidado
como tú me tienes a mí, transcribiré uno en este viernes de desván, intitulado: tus ojos.
Tus ojos, ¿que son tus ojos?, ¿de dónde emanan?, quizás nacen de un sueño que
viene desde el infinito e inalcanzable tiempo perdido; son una poción entre la
realidad y La vida que se pierde en un grito de placer al momento de abrirlos
cada mañana, son cafés cambiantes, café tardío, son música palpitante, noche
intensa, furia obscura, enojo, rocío de noche, poder de cambio, al mirarlos se
siente la espada que escondida ronda y nace de cada línea de expresión que en
ellos se encuentra, se busca, se mira desde los confines de tu interior, se ve
desde la distancia de ser envuelta en la más bella sensación, se degusta y
trasmiten lo que son y lo que sienten; viven por el éxtasis que desprende tu
mirar al convertirse en objeto, cual su fuera erupción de un volcán, árbol de
vida...
Son Espacio sin límites, sensación de deseo, cariño, encanto, pasión y
ternura, es tanto lo que veo en ellos que no es como decirlo, son realmente
hermosos, no, son más que hermosos, en realidad no existe palabra alguna que
pueda describirlos, son tan maravillosos, tan únicos, que aunque no es como
decirlo, lo único que trato de escribir es lo que veo en su interior, existen
sensaciones dentro de ellos que podrían hacer presa a cualquier ave, a
cualquier viento, a cualquier ente, a cualquier tiempo, incluso, a cualquier
mirada.
El que osara mirarlos una sola vez quedaría envuelto en la hermosura que emite
la mirada parlante de belleza, de sol clareante y llenos de púrpura de piel
emiten destellos brillantes cual si fueran cúmulos de pléyades nocturnas;
quizás mi interior no sepa describir o expresar de la mejor manera lo que tu
mirada trata de decir pero lo que veo, es lo que escribo, se ve el interior de
ese mar de belleza transformado en mirada, eso, eso es lo que veo.
Armonía sensorial perdida sin límites en extrema grandeza de un romántico mirar
que te hace llegar a la perdición del amor, con tan solo, tan solo con mirar
una millonésima parte de segundo de ese café cambiante, de ese verde clareante
o de ese café intenso, que es poesía, que es placer inmediato, que se vive en
el instante de poder perpetrar y tocar el universo de tu mirada sin tocarla; es
decir te quiero sin decirlo, es sentir el éxtasis que siente la mía al recorrer
por los mares que viven dentro de tu mirar, para así de esta forma columbrar el
interior de tu piel como el hielo palpitante y que día a día, crece, momento a
momento, a cada cruce de miradas, se siente, se ve, se vive, se imagina, se
saborea, se palpita y se observa el obscuro cosmos envuelto y embelesado de
belleza absoluta que pertenece a ti y a mí, es palpitar de corazón a punto de
morir.
Sabor de otoño hay en cada poro de tu piel, aliento de destino inalcanzable,
sensaciones creadas por la gran música de viento que despide tu caminar al
momento de mirar; En cada paso que das una mirada queda perdida.
Tan solo cuando me miras, inicia el camino a la ansiedad, misticismo y camino
de música eso es lo que hace que mi alma se desvanezca cuando la miras, así es
como tu mirada invita a morir, a morir de la manera más hermosa, si, la más
hermosa, la más pura, la más tierna, la mejor a la que puede aspirar un mortal.
A cada tiempo que pasa cuando las miradas se juntan en un camino sin dueño,
cuando se pierden a cada roce del viento que toca tu rostro, se oye la plática
que tiene el sentimiento que oculta una mirada, la mirada de tu alma con mi
alma, se escucha en el vacío la plática inentendible que tiene las almas cuando
se comunican, y observo que ese mirar tiene un sentido y no solamente eso, sino
que tiene mucho más, más que mi propia razón para vivir, para levantarme cada
día y de este modo mi mañana escuchara felizmente el místico y alegre
cantar al momento en que abres los ojos por primera vez en el día.
Es mirarte, es sentir el alma que viaja por los tiempos, es ser, pensamiento,
cuerpo, alma, esperanza, tiempo, vacío, alegría, perdición, espacio sin límites,
y al igual que yo tu mirada lo siente, lo vive, lo ve, lo escucha, lo vibra, lo
goza, lo purifica, lo emana de lo más recóndito de ti; siente el cumulo de
besos tiernos que de tus labios se desprenden, son abrazos, son caricias, son
deseos incontenibles, De eso y mucho más constan tus ojos en su interior.
Dime espacio ¿hacia dónde se fue el negro del mar perdido en la noche y el
atardecer en la playa? A donde y ¿en qué momento sus ojos dejaron de
mirarme para ver un horizonte distinto? Se juntaron y se fueron hacia una
mirada que no era para mí y se fundieron en el olvido de los tiempos, cual si
fuera espacio sin límites, tierra sin fin, espacio perdurable a pesar del
tiempo, modo y lugar sin ninguna circunstancia.
Interrumpido
por el tono de mi celular con la canción "bésame mucho", solo resta
escribir.
¿A
dónde, a donde, a donde se fueron?
Atte.
Don
Rupe.
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